La película se centra sólo en Ambrosio, un monje español que vive en la Iglesia de las Capuchinas que según los franceses, en esa época estaba a kilómetros de Madrid. Ambrosio fue abandonado en la puerta y tiene una mancha en el hombro que parece una mano y algunos monjes piensan que va a caer en las manos de El Diablo, sin embargo, uno de ellos decide adoptarlo y criarlo como si fuera un hijo. Cuando llega Valerio (Rosario en el libro), un joven oculto bajo una máscara, éste hace buenas migas con Ambrosio hasta que le confiesa que es una mujer y hace que Ambrosio caiga en las garras del placer.
Lo único bueno de la película es Vincent Cassel, que, para mí, es muy buen actor.
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